¿Qué aerolíneas se han adaptado mejor a la crisis de la COVID-19?

Un estudio publicado por la revista Journal of Transport Geography afirma que las aerolíneas de bajo coste se han adaptado mejor al actual panorama de incertidumbre generado por la pandemia de la COVID-19.
Según este estudio, las low-cost “han sido más resilientes que las tradicionales, al estar menos expuestas al tráfico internacional de larga distancia, que se ha visto seriamente alterado por la crisis sanitaria.”

La investigación recoge que la disminución de plazas ofertadas durante marzo y abril de 2020 fue mucho más pronunciada en las aerolíneas tradicionales que en las de bajo coste, mientras quela tendencia de recuperación según se han ido levantando las restricciones de viaje es similar en ambos tipos de compañías.”

«Las aerolíneas de bajo coste operan en mercados regionales (intracontinentales) y, en consecuencia, tienen menor exposición a las dinámicas de los mercados de largo radio (intercontinentales), que fueron los primeros en cerrar a principios de febrero y son los que se han mantenido más inactivos en la recuperación a causa de las restricciones determinadas por los gobiernos», explica Pere Suau-Sánchez, autor del estudio e investigador principal del grupo SUMA (Sustainability and Management Research Group), de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y experto en transporte aéreo.

De 37 a 534 millones de asientos

Tras analizar todos los vuelos programados en Europa de 2001 a 2019, la investigación revela que, en 2001, las aerolíneas de bajo coste representaban el 5,3 % del total de asientos disponibles del mercado, lo que significa 37 millones del total de 701 millones de plazas.

Entre 2001 y 2019, la oferta de viajes aéreos europeos se duplicó y el mercado de bajo coste creció de forma exponencial: aumentó hasta catorce veces su tamaño, de tal forma que en 2019 estas compañías representaban un 37,3 % del total de asientos ofertados, lo que se traduce en 534 millones de asientos de los 1.430 millones de plazas.

De cara al futuro y teniendo en cuenta este nuevo escenario pospandémico, Suau-Sánchez sostiene que el sector aéreo tendrá menos compañías, concentrará su actividad en los mercados más grandes y tendrá menos pasajeros de negocios. «Deberá focalizarse en la sostenibilidad económica y ambiental para asumir un creciente número de cambios», concluye.