Derechos de los viajeros de negocios por retrasos y cancelaciones aéreas
Las huelgas de controladores aéreos y de algunas aerolíneas han provocado en los últimos meses algunas cancelaciones y retrasos en los vuelos de toda Europa. Unos percances que afectan a todos los viajeros, ya sean vacacionales o de negocios.
Según Airhelp, organización de defensa de pasajeros aéreos, más de 5 millones de personas -de los casi 24 millones de pasajeros que volaron entre enero y abril- salieron con retraso de los aeropuertos españoles, alcanzando el 23% de interrupciones. Este año se ha registrado un 10% más de interrupciones que en 2022, cuando sólo 3 millones de personas sufrieron retrasos en sus vuelos.
El Reino Unido ocupa el primer lugar entre los países con más retrasos de pasajeros aéreos, con seis millones de pasajeros retrasados (28%) en el primer cuatrimestre de 2023. Turquía le sigue en segundo lugar, con unos 5,5 millones de pasajeros retrasados (32%). Alemania ocupa el tercer lugar, algo por detrás. En este país, unos 4,7 millones de pasajeros (30%) despegaron con retraso.
En este sentido, alrededor de un 85% de los pasajeros no conoce sus derechos al volar y la mayoría de los empleados que toman un avión por motivos laborales desconocen que pueden reclamar una compensación en caso de retrasos o cancelación, a pesar de no haber gestionado sus vuelos.
En tal circunstancia, “el empleado que ha viajado es el afectado, en representación de la empresa, y por tanto también es el beneficiario”, explica Egoitz Larrea desde Airhelp.
La compensación puede ascender hasta 600 euros por persona para los retrasos superiores a tres horas, cancelaciones posteriores a los 14 días anteriores a la salida del vuelo y embarques denegados por exceso de reservas, en caso de que la aerolínea sea la responsable.
La compensación puede variar dependiendo el motivo de la interrupción, no siendo válida ninguna reclamación si el motivo del retraso es una ‘circunstancia extraordinaria’ como mal tiempo o amenazas a la seguridad.
A tener en cuenta
En ocasiones, durante este tipo de incidencias, se producen algunas prácticas que deben tenerse en cuenta.
Si por alguna razón la aerolínea tiene que subir de categoría a un pasajero, este upgrade no puede suponer nunca un coste adicional. Sin embargo, si se le baja de categoría, la compañía aérea está obligada a pagar una compensación económica al pasajero que variará en función del precio del billete y de la duración del vuelo.
AirHelp recuerda la importancia de que los viajeros conozcan sus derechos como pasajeros aéreos, como el derecho a recibir atención. Bajo el reglamento europeo CE261 y dependiendo del tiempo de espera, una aerolínea debe proporcionar a sus clientes información sobre la situación, vuelo de sustitución, bebidas, comida, comunicación y alojamiento si es necesario. Si la compañía aérea no cumple con sus obligaciones, los pasajeros pueden reclamar el reembolso de estos gastos, además de la compensación.
En ningún caso el pasajero debe tomar cualquier oferta que le haga renunciar a su derecho a compensación como, por ejemplo, vales o millas de puntos en el que figure que su aceptación conlleva no reclamar una compensación. Además, es necesario conservar todos los recibos de los gastos realizados como consecuencia del retraso y las tarjetas de embarque para la tramitación de la reclamación.