Seguridad en los aeropuertos
El 11S marcó un drástico punto de inflexión en los controles de seguridad en los aeropuertos. Desde entonces se han gastado cientos de millones para protegerse de posibles ataques terroristas adoptando una serie de medidas. Pero estas han alterado las operaciones de los aeropuertos, tanto como para influir en los hábitos de los viajeros y ser un elemento crítico en la organización de un viaje que incluya el transporte aéreo.
Por: Juan Muñoz CPP CSMP CSyP, CEO Associated Projects International.
Según una encuesta reciente, uno de cada siete pasajeros había perdido un vuelo en las semanas previas como consecuencia de las largas colas en los controles de seguridad en los aeropuertos. Con el incremento previsto del número de desplazamientos por vía aérea (8.000 millones en 2017, con un 6,5% más que el año anterior), y con la evolución prevista de las amenazas de seguridad, esta situación va continuar agravándose en el futuro.
Cientos de miles de personas utilizan cada día los aeropuertos. Estos representan objetivos prioritarios para ataques terroristas por su importancia estratégica y por los elevados daños humanos y económicos potenciales. Los aviones constituyen un objetivo todavía más interesante para acciones con explosivos e incluso de secuestro aéreo (un avión puede ser un arma letal de efecto ilimitado), aunque este tipo de incidentes han quedado muy reducidos hoy en día, precisamente por las medidas de seguridad en vigor. Estas se han incrementado progresivamente y lo han hecho de una forma relativamente homogénea con algunas pequeñas diferencias entre países, aeropuertos y aerolíneas. Para los usuarios es evidente que estas tienen un impacto directo. Tanto como para cambiar los hábitos de viaje y, sobre todo, los aspectos de su planificación. La exposición más evidente se proyecta en los controles de seguridad para acceder a las zonas restringidas y al embarque posterior, aunque en ocasiones también para acceder a los propios aeropuertos, como sucede en algunos países.
«Los aeropuertos – representan objetivos prioritarios para ataques terroristas por su importancia estratégica y por los elevados daños humanos y económicos potenciales.»
Las largas colas provocadas por la concentración de pasajeros a determinadas horas, así como por los controles de seguridad y las incidencias que se producen, pueden tener importantes consecuencias para el desarrollo normal de un viaje previsto y en ocasiones tener otras derivaciones más graves. La finalidad de los controles de seguridad es doble. Por un lado y prioritariamente, detectar e impedir la introducción de objetos prohibidos. Por otro, la confirmación de los pasajeros mediante el binomio de identificación personal y la tarjeta de embarque. Teniendo en cuenta la recomendación general de pasar a la zona restringida cuanto antes, sobre todo en algunos países y aeropuertos, es conveniente considerar lo siguiente.
En primer lugar, el equipaje debe ser preparado cuidadosamente teniendo en cuenta varios factores como la naturaleza del viaje, las características del destino, la lista de objetos prohibidos, etc. Es aconsejable reducir el tamaño en la medida de lo posible. Si se puede viajar sólo con equipaje de mano, mejor. Si se mantiene un control continuo sobre él, se evita el riesgo de extravío o pérdida y se consigue un menor tiempo en el trayecto completo. Pero se deben confirmar las medidas y el peso autorizados en cada línea aérea. No hay que olvidar que el exceso de equipaje está creando serios problemas de espacio en algunos aviones y rutas. Esta preparación puede ser extensible a la ropa y el calzado que se va a vestir para el vuelo.
«Hay que evitar los comentarios o gastar bromas sobre asuntos relacionados con la seguridad; en algunos países constituyen un delito grave.»
En segundo lugar, se debe llegar al aeropuerto con tiempo suficiente para hacer frente a cualquier incidente o retraso imprevisto con independencia de las exigencias concretas de algunas líneas aéreas. Además, los aeropuertos suelen estar situados a distancias considerables de los núcleos de población.
Hay que prepararse para pasar los controles de seguridad en los aeropuertos antes de iniciarlos. Los ordenadores portátiles y tablets deben ser sacados del equipaje de mano y pasar el control separadamente, pero esta exigencia no afecta a los teléfonos móviles y otros dispositivos como cámaras de fotos, etc. No hay que olvidar el reloj, la cartera, el cinturón y el calzado (en especial de algún tipo), aunque algunos sistemas más modernos de escaneo permiten llevarlos puestos sin provocar alarma. Saben lo que están buscando. Sin embargo, no hay que sacar nada que no sea necesario; puede provocar retrasos. Los productos adquiridos en el duty-free deben permanecer en su bolsa original precintada acompañados de la factura correspondiente.
«El viajero es el principal beneficiario de los controles de seguridad en los aeropuertos, aunque en ocasiones puedan resultar lentos e incluso invasivos, pero son necesarios.»
Además, la tarjeta de embarque y la identificación deben ir en la mano. En caso contrario puede provocar un importante retraso en la fila y el desparejamiento en los flujos paralelos de personas y equipajes. Si se tiene oportunidad de redirigirse a una cola más corta puede hacerse si no se incumple ninguna instrucción o señalización y no se realizan movimientos bruscos, pero hay que tener en cuenta que pueden producirse circunstancias adicionales que retrasen el proceso a pesar de la menor cantidad de personas, en base a las características de los pasajeros que haya por delante.
Por otro lado, hay que recordar que algunas medidas de seguridad en los aeropuertos son visibles, otras no; unas pueden ser predecibles, otras no. Durante la estancia en un aeropuerto, y en especial en la zona restringida, los pasajeros se encuentran bajo una monitorización casi permanente. El catálogo de medidas de seguridad incluye los tradicionales arcos detectores de metales, los escáneres de equipaje, ahora también los escáneres corporales, la video vigilancia y el análisis inteligente de vídeo, los detectores de explosivos y otras sustancias, las fuerzas de seguridad y los vigilantes, el personal de paisano, los registros corporales, fisonomistas, etc.
Por último, hay que evitar los comentarios o gastar bromas sobre asuntos relacionados con la seguridad; en algunos países constituyen un delito grave. No se debe mostrar ansiedad, nerviosismo o manifestar prisa: estas personas son candidatos seguros para los controles adicionales donde el proceso es más complejo, detallado y lento. Estos son indicadores primarios de sospecha para las fuerzas de seguridad.
El viajero es el principal beneficiario de los controles de seguridad en los aeropuertos, aunque en ocasiones puedan resultar lentos e incluso invasivos, pero son necesarios. Lo mejor es superarlos lo más rápido y de la mejor manera posible. En caso contrario, el pasajero suele ser el principal perjudicado. No hay que hacer el trabajo más difícil al personal de seguridad.
La falta de preparación de algunos viajeros puede alterar el normal desarrollo previsto de su viaje y afectar a otras personas, entre las cuales puede encontrarse usted. Las claves son una preparación adecuada, organización y paciencia. No suele ser necesario improvisar nada.
Juan Muñoz CPP CSMP CSyP
CEO Associated Projects International