Nacionalizaciones y ayudas para rescatar al sector aéreo
La crisis mundial provocada por la pandemia del coronavirus Covid-19 sigue golpeando con fuerza la industria turística. En el caso de las aerolíneas, las restricciones de circulación así como el descenso y la cancelación de las reservas han provocado recortes de personal y han hecho caer sus cotizaciones bursátiles en las bolsas de todo el mundo.
El descalabro ha sido de tal calibre que algunas aerolíneas, que tampoco pasaban por su mejor momento financiero, se han visto obligadas a pedir ayuda a las administraciones estatales.
El caso de Alitalia es el más destacable. El estado italiano ha renacionalizado esta aerolínea, sin beneficios desde 2002, en concurso de acreedores desde 2017 y tras varias operaciones de venta que no han llegado a buen puerto.
Con la crisis del coronavirus la venta de la compañía se ha vuelto imposible, por lo que el gobierno italiano ha anunciado un plan para salvar la aerolínea de bandera del país transalpino. Una operación que pasa por el control gubernamental de la compañía, a través de un ente público o directamente desde el Ministerio de Economía italiano.
Por otro lado, el sector también está a la expectativa tras los rumores que apuntan a la entrada del gobierno de Noruega en el capital de Norwegian Air Shuttle. De momento la prensa escandinava habla de negociaciones informales entre gobierno y aerolínea, pero la sola publicación de esta noticia disparó el valor de la low-cost escandinava en los mercados bursátiles.
También Suecia y Dinamarca han puesto en marcha recursos para solventar los apuros que atraviesa SAS, de la que estos gobiernos escandinavos son accionistas con más del 14% cada uno.
Mientras la Comisión Europea debate todavía sobre qué tipo de ayudas o facilidades proporciona al sector aéreo, Donald Trump ha anunciado un paquete de ayudas de 50.000 millones de dólares para las aerolíneas norteamericanas.
De momento, la crisis del coronavirus ya se ha llevado por delante a Flybe. Esta aerolínea regional británica, que también conectaba las islas con destinos turísticos españoles, llevaba meses en una situación financiera muy frágil y ya había sido ayudada por el gobierno británico a principios de año. Pero ante el actual escenario del sector, Flybe no ha tenido más remedio que declararse en bancarrota.