Los viajes de business con leisure
El bleisure, es la práctica en la que se busca aprovechar un viaje de negocios y extenderlo unos días para combinarlo con uno de placer, es una tendencia de viajes a nivel global que está ganando adeptos.
Este escenario pone ante las empresas el reto de actualizar sus políticas de viaje para establecer límites claros entre los gastos que pagará la compañía y los del colaborador.
Así, un empleado puede aprovechar un viaje de negocios, cuyos gastos paga la empresa, para utilizar alguno de sus días de vacaciones e ir acompañado de su pareja o hijos, pagando los gastos totales de sus acompañantes (transporte, comida, hospedaje, entretenimiento, entre otros).
De acuerdo con cifras de la Global Business Travel Association (GBTA) de este 2017, el 37% de los viajeros corporativos en Estados Unidos ha extendido un viaje de negocios a uno de placer al menos en una ocasión. De ellos, el 44% viajó acompañado una parte de su viaje y cerca del 82% se quedaron hasta dos días más en el mismo hotel donde completaron su estancia de negocios.
“En México, cada vez más empresas entienden que sus viajeros buscarán combinar los viajes de negocios y placer, sobre todo ante la incorporación de más colaboradores jóvenes a la fuerza laboral. Ante ello, el reto de las compañías es preparar a sus equipos de viaje para mantener las mejores prácticas”, consideró Haig Hanessian director de Cuentas Estratégicas de Concur México, empresa global de administración de viajes de negocios.
Para Hanessian, las empresas mexicanas pueden ser más empáticas con las necesidades de sus colaboradores sin olvidar los objetivos laborales que se establecieron para el viaje, y destacó que el bleisure puede ser incluso una forma de fomentar la lealtad de los empleados a la empresa al considerarse comprendidos.
Sin embargo, una política de viajes cada vez más abierta puede hacer sentir a los encargados que están perdiendo el control del trabajo del colaborador o de la contabilidad, sobre todo en empresas con un amplio número de viajeros. “Ante ello, lo conveniente es que una compañía incluya al bleisure dentro de sus políticas de viaje, para establecer reglas claras sobre qué pueden hacer sus viajeros, las condiciones para dividir el trayecto de negocios y el de placer, así como la separación de los pagos”, explicó.
El proceso también debe incluir el establecimiento de procesos claros y herramientas para separar los gastos de negocios de los de placer e incluir recomendaciones que ayuden a ahorrar tanto a los viajeros como a la organización, como aprovechar tecnologías de reservación y gestión de gastos, alianzas con hoteles y aerolíneas, o comprar una tarjeta SIM en el extranjero para evitar cargos excesivos de telefonía, entre otros.
La industria de los viajes de negocios se ha mantenido en constante crecimiento y tiene amplias posibilidades de desarrollarse, ya que equivale al 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB) de México y depende sobre todo de las empresas nacionales que hacen el 80% de los viajes de negocios al interior del país y solo el 20% al extranjero.
Además, a nivel nacional el segmento contribuye con 1.2 millones de empleos, genera 70.4 mil millones de pesos en salarios y 71.2 mil millones de pesos en impuestos federales y estatales, de acuerdo con GBTA.
La tendencia del aumento en el bleisure ocurre en un ambiente de cambios laborales a nivel global, con empresas que dan mayores prestaciones a sus colaboradores como Netflix, que ofrece un año de licencia pagada de maternidad y de paternidad, y Airbnb, que ofrece incentivos a sus colaboradores para viajar y quedarse en uno de los hospedajes de la plataforma.
Los viajes de negocios en México ocurren en una amplia gama de industrias, pero la mayor proporción se produce en el sector de la educación y capacitación (12%), de acuerdo con datos de GBTA. El viajero de negocios mexicano actual tiene entre 35 y 54 años de edad y en promedio el 82% cuenta con educación superior. Se espera que los millennials, que ya son el 45% de la población económicamente activa del país, ocupen más espacios en la próxima década.
“Ante el cambio de paradigmas laborales y para lograr un mejor rendimiento en el viaje de negocios, la misma empresa puede orientar al viajero sobre la forma conveniente de dividir un trayecto de negocios con uno de placer. Por ejemplo, se puede sugerir que extienda el viaje unos días y que su familia los alcance una vez terminadas sus actividades, o si viajan con hijos considerar que los acompañe alguien que los pueda cuidar”, explicó Hanessian.