Renfe da las claves para entender el billete económico del EVA
Renfe introducirá el EVA, el AVE low cost, el próximo año en la línea Madrid-Barcelona, siendo un 25% más barato que el trayecto actual pero sin tener las mismas prestaciones. Renfe introducirá varios cambios que permitirá reducir costes y por lo tanto, la rebaja del precio del billete. Los vagones de la clase turista pasarán de 4 a 5 asientos por fila, lo que permitirá incrementar la capacidad en un 30% respecto a los trenes actuales, según publica El País con respecto la información que facilitó Renfe.
El llamado EVA cubrirá de momento la ruta Madrid-Barcelona, aunque en realidad, será Madrid-El Prat de Llobregat, ya que mientras que en la capital madrileña usará la estación de Atocha, en Cataluña no llegará o saldrá de Sants, sino de una estación de El Prat, que está cerca del aeropuerto, pero apartada del centro.
Se eliminará el vagón cafetería y se sustituirá por máquinas de vending, se suprime la clase preferente y el personal de atención a bordo, el cobro de suplementos como la elección de asientos y el mantenimiento express. Estas son básicamente las principales diferencias con respecto al AVE, que permitirán ahorro de costes.
Estas modificaciones, junto a la ya citada de que el EVA llegará a la estación de El Prat de Llobregat en lugar de a Sans -la que usa el AVE actual, en pleno centro de Barcelona- permitirán a Renfe rebajar un 25% el precio del billete, que costará una media de entre 60 a 65 euros (entre 120 y 130 ida y vuelta) frente a los 85 euros que sale de media viajar en el AVE convencional.
El low cost entra en el transporte ferroviario
En realidad, la fórmula con la que quiere triunfar el EVA es muy similar a la que emplean las compañías aéreas low cost como Ryanair, que también incrementan los asientos por avión, usan aeropuertos secundarios y cobran por cualquier servicio extra. En este sentido, Renfe baraja cobrar por servicios extras como la elección de asiento (costarán más caros los que van en el sentido del tren), equipajes especiales o mascotas.
Y es que precisamente el EVA quiere ser un proyecto piloto para ver si el ferrocarril aguanta este modelo de bajo coste de cara a la liberalización en la UE del transporte de viajeros por tren en 2020. Para la prueba, Renfe va a remodelar tres trenes AVE Talgo 102, ampliando el número de butacas por fila (3+2) en la clase turista y las mesas para grupos de 4 a 6 viajeros. El coche de cafetería se transformará en una sala con máquinas de vending, y habrá también espacio para equipajes especiales y mascotas, y lugares para la diversión de los niños. El coste de la remodelación de los vagones y del acondicionamiento de la estación de El Prat supondrá una inversión de 4 millones de euros, según fuentes de la compañía ferroviaria.
Introducción de la tarifa plana
Las pruebas del empiezan en torno a febrero de 2019 con un servicio inicial diario de cinco servicios por sentido. Asimismo, se reduce notablemente los tiempos de mantenimiento y limpieza de los vagones, de forma que se aumenten notablemente la frecuencia de los trenes, para pasar de los 360.000 kilómetros que recorre actualmente un AVE al año a los 500.000 kilómetros.
Otra de las novedades que se plantea la compañía y que supondría una revolución en el transporte interurbano es introducir una tarifa plana, es decir, que por una cantidad fija anual, un viajero pueda realizar todos los trayectos que quiera en el EVA. La fórmula, que ya funciona en Alemania, se probaría en el nuevo AVE pero si resulta podría extenderse a toda la red de larga distancia de Renfe, según las mismas fuentes.
El EVA tendrá al comienzo una sola parada en Camp de Tarragona pero en el futuro podrá detenerse en más estaciones, y extenderse a otros corredores como el Madrid-Sevilla. Renfe responde así a las demandas de diversas autoridades que han pedido que pare en Lleida, Zaragoza o que opere en las líneas que conectan Andalucía, entre otras demandas.