Air Europa ahorra más de 3.000 toneladas anuales de combustible

Gracias a la incorporación de la tecnología OptiClimb, Air Europa podrá optimizar la operativa durante los vuelos con un ahorro estimado total de alrededor de 3.000 toneladas de carburante.


Air Europa sigue sumando tecnologías y procedimientos para optimizar al máximo la eficiencia de sus vuelos y avanzar en sus objetivos de sostenibilidad medioambiental.
Una de estas tecnologías es OptiClimb, desarrollada por SITA. Se trata de una aplicación que genera indicaciones específicas e individuales a los pilotos sobre la velocidad óptima en la fase de ascenso de las aeronaves.
Esto permite minimizar el consumo de combustible, reduciendo, por lo tanto, las emisiones a la atmósfera. Los cálculos realizados permiten estimar en un ahorro aproximado de 3.000 toneladas anuales en las flotas Boeing 787 Dreamliner y Boeing 737 de Air Europa y Air Europa Express.

Para sus cálculos, OptiClimb utiliza tres tipos de fuentes de información: datos específicos de cada avión mediante modelos predictivos generados mediante inteligencia artificial a traves registros históricos acumulados durante un año; datos del plan de vuelo operacional, como el peso estimado al despegue o la hora de salida prevista. Por último, se incluyen las previsiones meteorológicas, considerando de manera especial las condiciones del viento.
Con todo ello, se elaboran recomendaciones personalizadas que se envían a cada tripulación durante la fase de preparación del vuelo.

Desde el pasado verano, las pruebas realizadas han permitido lograr un ahorro considerable. Así, en el pasado mes de septiembre se logró un ahorro de 100 toneladas de combustible y 312 toneladas de emisiones en el caso de la flota 737, y de 144 toneladas de combustible y 451 toneladas de emisiones en el caso de la flota Dreamliner. Para ello, se han analizado los datos correspondientes a más de 5.000 vuelos, con un grado de aplicación de dichas recomendaciones de cerca del 80% por parte de las tripulaciones.
Además, Air Europa estima que, al cabo de un año, habrá evitado la emisión de 10.100 toneladas de CO2 gracias a optimizar las operaciones en la fase de ascenso de sus aeronaves.