El valor de las ideas en un evento
¿Qué valor tienen las ideas en un evento, si entendemos que son las que cambian el mundo?
Post-it es una compañía millonaria e icónica. ¿Qué lo precedió?. Una gran idea. Apple es una compañía
multimillonaria e icónica. ¿Qué lo precedió?. Una gran idea. Por no hablar de la luz o el agua potable o nuestro “amigo-enemigo” internet.
Se me agotaría el espacio de esta sección si listo los éxitos mundiales que se han hecho posibles porque una mente brillante o atinada ideó algo que cambiaría la humanidad.
Los creativos de los eventos, son creadores de experiencias. Nada que no sientas o vivas, permanece en tu recuerdo. Por ello, ya no sirve con pensar una frase o una gráfica impactante. Ahora hay que crear en formato estratégico, visual, “viralizable”, experiencial, eficaz y “barato”. Un producto ya no se cuenta. Ahora es necesario que se viva y que se relacione… Se acabó la dictadura de las marcas. Ahora las marcas se lo tienen que “currar” como las personas. Nos tienen que conquistar y nos tienen que mantener. Y tienen que cambiar si no lo hacen bien.
Ahora hay que crear en formato estratégico, visual, “viralizable”, experiencial, eficaz y “barato”.
¿Cuánto cuesta eso?. Hemos creado un sector donde las reglas que se establecieron están matando la creatividad como única arma de valor. En los eventos están los Thinkers y los Doers. Pero ambos han mezclado sus roles, y ambos están haciendo de todo. Pero nadie pone en valor su papel. Una gran idea no sirve de nada si no se implementa bien. Por eso la tan degradada palabra “honorarios profesionales” debería retomar su posición. Las ideas no se pueden remunerar con una gran producción, ni las grandes producciones se pueden remunerar porque incluye la idea.
Las ideas en un evento no se pueden remunerar con una gran producción, ni las grandes producciones se pueden remunerar porque incluye la idea.
Porque así mataremos el sector, mataremos las grandes ideas (todo lo que es gratis acaba por no tener interés). Y de paso desforestaremos el progreso del sector. También se ha puesto de moda el “sin cargo” para después tratar de recuperarlo con otro trabajo, que a veces nunca llega. Creo que los proveedores de servicios somos los únicos responsables de que eso ocurra. Nunca una gran idea ha sido declinada por un cliente. Un buen cliente valora y sabe separar. Un buen cliente no regala sus productos, y por tanto, comprende y valora que su colaborador tampoco lo haga.
Dicho esto… ¿cuánto vale las ideas en un evento?. Cada compañía tiene unos perfiles con una cualificación y con una trayectoria. Y cada trabajo lleva detrás una promesa de éxito empresarial. Calidad, talento y resultados. Ese es el precio hacia el cambio que tendremos que empezar a pagar todos para llegar a la Excelencia de la que cada vez estamos más cerca.
Si queremos que alguien confíe en nosotros y no nos tengan como complemento a otras disciplinas a las que sí se destinan los grandes presupuestos, deberemos empezar por confiar en nosotros mismos y dignificar el mundo de las ideas, que son lo que distinguen una marca normal de una marca excelente e imprescindible.